Y ya se verá.

Sé que últimamente he convertido este blog en un consultorio de 'amor', más que en lo que se creó en un principio, que era para poder escribir lo que se me pasara por la cabeza, sin pensar en un sentido, ni una construcción agradable a la vista, sino porque me daba la gana. Quería un pequeño efugio para evadir las dificultades, pero si me traigo las dificultades a este escondite... estamos jodidos, o al menos lo estoy yo. Así que intentaré volver a mis comienzos y poner cosas sin sentido para el resto y que, sin embargo, lo signifique todo para mí. O ¡que coño! creo que esto me gusta. Poder mezclar todo, que no haya separaciones drásticas en los distintos ámbitos de mi vida, poder saberlo todo y nada y más que menos.

No puedo decir qué haré, ni que pretendí hacer en un pasado, pero prometo divagaciones variadas por siempre jamás.

Me acabo de autotorgar el premio a la ingenuidad.

(Y sí, tiene forma de copa porque para aceptarlo con saberestar hace falta estar muy ebrio.)

Si dicen que de los errores se aprende, yo, María Rodríguez del Valle, estoy a punto de alcanzar un estado de sabiduría nunca visto. Voy a evolucionar en divinidad. Adoptada por los dioses del Olimpo. Sí. Como oyen.

Deseos e intenciones.

Bien, la cosa se presenta de la siguiente forma: tú sales una noche y conoces a alguien. No confías en la gente con 6 copas de más, pero te dejar llevar un poco hasta que los pies están a unos 2 cm del suelo. Repito... que no te crees nada, vale. Ese supuesto conocido, forma parte de un grupo de música que tocaba ese mismo día que tú (por petición suya) le besaste.

_ Oh! Vente a mi concierto en marzo. - dijo él.

_ mmmm, puede. - respondió ella (blablabla, lo mismo de cada noche, sí)

Se va a bailar y vuelve al rato para seguir comiéndose la boca contigo, ilusa y confiada (ajá), porque ya empezaste a confiar un poco. A las 4:46 sus amigos le dicen que se van a casa y él comenta:

_ Lo estoy pasando fatal

_Por? - dice ella nerviosa.

_ Porque me voy a casa y sin ti.

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay! dios mio. Búscame en el tuenti, agrégame y quedamos algún otro día si quieres. Yo te busco pero si no te encuentro, agrégame tú. Oh! y de fondo sonando el galopar de su corcel blanco. JAJÁ.

Como a tí, que eres hija única, en el fondo no es que te gusten mucho los juegos en grupo, sino que aquí, ahora, pim, pam, y cero estrategias, sigues sus instrucciones. Le agregas a través de su grupo de música y... cuando vas a verlo de nuevo. Ese perfil no existe. Pues bien, queridos y queridas, eso es que te han bloqueado, porque por suerte o por desgracia yo lo hice una vez. No con un desconocido lo que es más hardcore aún, sino con otro.

Ironías de mi puta vida. Capítulo ??? Sin cuenta aparente.

Pequeños capullos que os divertís jodiéndome la puta vida: ¡QUE OS DEN POR EL CULO!

La escondo si me da la gana.

"No escondas la cabeza bajo tierra como el avestruz” le dicen al que rehuye una situación peligrosa o no se enfrenta a un problema.

Laaaaaalalalalalalaaaaaaaaaaaaaaaa.

Don't wanna kiss

Don't wanna touch

Just smoke one cigarette more

Don't wanna kiss

Don't wanna touch, Fernando

Fría lluvia.

Hoy he caminado bajo la lluvia. Y me he dado cuenta de que hace mucho que me tumbo a mirar las estrellas. ¡Ahí! tumbada panza arriba.

Sábado 13 de febrero escribo en el blog, que sí, las personas cambian.

Pues, joder, era un puto presagio. Me asusta, pero así es. Ya estoy convencida. Ya no sólo lo creo por mi propia experiencia, sino porque señoras y señores, Carapolo rechazó lo que le mueve en la vida (o quizás se está haciendo mayor). Me cago en Carapolo.

Pero con cariño.

Existe el cambio.

Cuando uno se hace mayor, pero no mayor en mente y alma (lo cual sólo unos pocos consiguen) sino mayor en edad, las cosas no se dejan para mañana, todo lleva un ritmo acelerado, se pone en marcha el ahora o nunca, el porqué no, el hagámoslo que la vida son dos días. Se aceleran los procesos en la relación: conocerse, viajes, vivir juntos. Se acelera la exigencia para con los demás y se acentúan los defectos, que ya una vez adquiridos, no se van.

Sin embargo, y aquí llega lo maravilloso, cuando uno es joven, las cosas fluyen. Se dejan hacer. Ese sin prisa pero sin pausa, pero más pausa que prisa. Ese flow tan maravilloso que te hace creer que eres el rey de tu mundo y él que lo controla totalmente. Voilá! He aquí la diferencia. Puede que los jóvenes tengamos la capacidad o don de dominar nuestra propia vida pero que al hacerte mayor, sientas que hay algo superior que la domina, que marca tus pasos en el tiempo.

Y digo yo... si podemos cambiar nuestro parecer de una manera tan firme, al pasar unas cuantas décadas, ¿por qué no es posible el cambio de las personas? Y me refiero al: 'las personas nunca cambian'. Pues amigos míos, las personas si cambian, y mucho.

Tengo un colador de madera que cumple perfectamente su función.

No pasar ni una.

Aviso a navegantes

Barbaridades como casas. Como caaaaaaaaaaaaaaaaaaaasas. Pero al menos la cobardía se esfumo. No puede decirse que sí por miedo. Y esa es la cuestión.

Que lo siento, my dear, pero a mí no me vacila nadie más. Ni sirvo de pasatiempo, ni divierto cuando uno está aburrido. Se me necesita y se me cuida, no se me chulea ni se me falta al respeto.

Queda la lección aprendida. Ahora, aplicación, que está vez soy yo la que da los aprobados.

... en plan inerte. Que lo veo todo, pero al haber sobrepasado la barrera del dolor ya no se nota. Es inconsciente porque esta vez no he llevado a cabo una elección. No es cuestión de largas y duras valoraciones. Se me ha escapado, no lo entiendo, pero lo dejo. Es bonito saber que aunque no llegas a abarcarlo, aunque se esté desparramando por todo tu ser, es un caos controlado. Un dejarse llevar semejante al tumbarte a ver las olas romper, o llorar recordando a alguien que se fue.

Es difícil de explicar. Es un sueño, podría decirse. De esos en los que tú eres el protagonista pero te ves desde fuera. Eso es. Un control desquiciante y caótico. Fantástico.

Pero esta vez toca flotar sobre este agua. Dejando que me mezca.

Teorías para poder dormir por las noches, já.

Me he dado cuenta de que expresiones tales como: el mover ficha, o tener la pelota en tu tejado, tu turno y algunas más relacionadas con 'el amor', que se refieren a una especia de orden místico en cuanto a las respuestas físicas, son una puta mierda. Puta mierda he dicho. Porque ni hay turnos, ni partidas, ni pelotas en los tejados. Que es ahí donde está el error. En creer que hay una misma regla para todos cuando en realidad es un abanico infinito, tan amplio como personas hay (infinito entonces no, ya). Si se quiere hablar se habla, si no... pues no, pero no achaquemos la cobardía, la estupidez o que sé yo qué es, a reglas de humo que sólo nos hacen convertir algo tan fácil, en un puto agujero negro.

Porque parece mentira, pero cuando es el momento, es fácil. Y cuando es fácil, sabes que es el momento.