martes, 25 de mayo de 2010

Adiós.

Este blog ha cumplido su cometido, pero le voy a dar un punto y final. Porque no quiero empezar de cero con todo lo demás detrás, pero tampoco quiero acabar con ello, he creado un nuevo blog. Un nuevo comienzo, un giro... o que igual cuando se cierra una puerta se abre una ventana, y esta vez espero que no sea muy grande, no vaya a ser que entre cualquiera.
Un hola hacia lo que viene. Una segunda opinión. Otro tipo de evasión.

sábado, 22 de mayo de 2010

Ready.

Creo que estoy preparada. Los fines de semana de prueba solo corroboran lo que ya suponía. Estoy lista para vivir sola. Sé vivir sin nadie y lo cierto es que me encanta. Vas a la compra tranquilamente, haces la comida, organizas cenas, y los horarios son más flexibles. Es un estado de relajación y paz continua. Supongo que también hay cosas malas en cuanto a la soledad, pero desde luego yo no voy a pararme a pensar en ellas ni un minuto.
Oh, soledad acompañada. Vivir solo es la ho****.

miércoles, 19 de mayo de 2010

lunes, 17 de mayo de 2010

El fútbol da cosas muy buenas.

Chute de buen rollo como preparativo para el jueves. Un poco de esta droga nunca viene mal.

domingo, 16 de mayo de 2010

Indecisa todo el día.

A veces se agradece que haya alguien que decida por ti. Palomitas y buena compañía que hoy dan la película de mi vida. Con faringitis de caballo.
Gracias de nuevo por la inspiración.

viernes, 14 de mayo de 2010

Va de comida. Y asociación de ideas.

El orégano en cualquier comida hace que me teletransporte a Italia. A ese restaurante al que iba cada noche. Paolo! Buona notte... y luego venían las sugerencias, los comentarios acerca de las visitas de la mañana y demás cosas. Así como en casa. Igual que descubrir que no todos los chicles con envoltorio rosa eran de fresa. Nunca habría dicho que el arroz con leche fuera una opción para masticarse en un chicle. Envoltorio rosa y arroz con leche. Postre.

Cookies. Cookies. Cookies. De Europa a América y sin salir de casa. Noches sin dormir andando descalzos por la calle. A la casa del vecino a meter las galletas en el horno. Oh! LA. Awesome.Todo esto porque las cosas pequeñas son las que tienen que convertirse en las grandes cosas. Una calzone y unas galletas.
Que grande.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Carta a todas tus catástrofes.

Vamos a localizar el núcleo del error
para estudiar su forma exacta y su composición.
Vamos a saber su origen y su relación
con la suma de las partes y su imperfección.

Para saber por dónde es frágil,
separa el núcleo en cien mil partes
y adelántate a su próxima reacción.

Vamos a localizar el núcleo del error
para estudiar su forma exacta y su composición.
Y si al final resulta que mi plan genera dudas
y ves más fácil que el intruso
pueda burlarse de los dos.

No me veas tan iluso,
será un éxito absoluto,
ni por un momento pienso
que se espere este complot.

Vamos a localizarte, es fundamental.
Vamos a a acortar distancias y observar el mal.

Cuenta a todos que lo sabes
cuando incendias sin querer,
sabes que alguien más se rompe,
sabes que todo lo rompes.

martes, 11 de mayo de 2010

Ni lo entiendo ni lo haré.

No se puede dejar de hacer algo porque se intuya que va a salir mal.
Ej: Para mí, la solución más fácil ahora mismo, sería no estudiar, ya que como igual fracaso... mejor ni intentarlo. Pero no creo que lo fácil sea lo correcto. Así que yo por el momento, sigo estudiando. Y si fracaso, al menos podré decir orgullosa que lo intenté. Y si por alguna casualidad, todo el esfuerzo empleado en mi trabajo da su fruto y apruebo, aún sin haber apostado nada por ello, si apruebo, seré la persona más feliz del mundo. Pero para eso, me toca biblioteca, primero.

Y es que como dijo Teodoro Roosevelt: “Fracasar es duro, pero peor es no haber intentado triunfar”.

Sé que se/lo entiende-s.

lunes, 10 de mayo de 2010

Lo que se me olvidó decirte.

Me he dado cuenta dos segundos después de borrar 'ese' número de teléfono, de que lo que más le dolerá a La Pollicienta es haber perdido al que creía su príncipe (en la lista de notas de mi móvil aparecía). Y sobre todo que el final que se merecían era un final con olor a lilas y muchos abrazos y besos, no moratones y arañazos.
Además de una lista interminable de cosas por decir, me he dado cuenta al girar la esquina (que la más importante no había sido capaz de salir por mi boca) de que cuando te las guardas para tí mismo no lo dejas marchar y yo no quiero eso. Así que ahí va: te echaré muchísimo de menos y aunque no haya sido capaz de decirlo, yo también tendré un buen recuerdo de todo esto, y es por eso por lo que me duele. Pero como dicen por ahí, hay un número de lágrimas para cada desilusión y creo que las mías se acabarán algún día. Lo sé.
Espero que lo leas.
Sé feliz. Que seguro que nos encontramos en algún otro tiempo y en otra ciudad.
Y lo gracioso es que aquellos que oyeron de mi boca: 'sí, con él me casaré'. En realidad decía: 'va a ser mi marido'... ellos que lo oyeron van a tener que disculparme. Y disculparme a mí misma por no haberlo dicho cuando se me preguntó ni haber contestado a no sé... todo lo demás. Y por actualizar esta entrada cada dos minutos. Y lo último y con lo que me sentiré, creo, que con todo dicho, es que escriba lo que escriba, diga lo que diga, siempre me quedarán cosas por decir, cosas por escribir y cosas por hacer y compartir with you.
No puedo parar, así que lo mejor será dejar esto por un tiempo. Hasta pronto.
Y como dice golightly, de buenris, que yo ahora me meto en un círculo.

Ya han madurado.

Las palabras al igual que la fruta, deben madurar.
Las palabras que salen verdes de tu boca pueden causar daños, no a quien le den sino a ti que las lanzas. Si además deciden dar un paseillo de la mano del querido amigo Jack Daniel's, ahí amigo mío, estás jodido, porque los daños se convertirán en una marca. Las marcas que a veces nos recuerdan lo bonito de algo, otras nos duelen. Pues bien, esta marca duele. Y ya van dos.
Y como lo que veo por andar me parece una cuesta infernal, por ahora me quedo sentadita al principio de mi calle. Que tengo que organizarme para ver como subirla.

jueves, 6 de mayo de 2010

Como me gustaba ese anillo.
Que poco me gustan las asignaturas cuatrimestrales que se creen anuales. Y tampoco ayuda que
la profesora sea un poco insoportable. Que incluso algunos la llaman por ahí: zo***. Algunos.


miércoles, 5 de mayo de 2010

A ver cómo lo hago.

Siento que me precipito por un precipicio, precipitadamente.
Respiro. Ya está.
Aún no es hora de que esto ocupe mi tiempo. Aún no.
Y es que sé que todo tiene solución y más esta caída en picado.
Y es que acabo de recordar que llevo paracaídas.

lunes, 3 de mayo de 2010

Apuntado queda. Hoy es el día 1.

Al igual que Madrid lleva un tiempo sorprendiéndome, también llevo un tiempo bloqueada. Bloqueo literario. Toma ya. Sí, un bloqueo que no sé si es de mi mente que va demasiado deprisa y no se pone de acuerdo a la hora de la verdad, para parar cinco minutos, ordenarse, escribir algo bonito y volver a descolocarse; o bien, es que no debería leerlo al terminarlo, porque no me satisface nada.
Hoy, por tanto, he decidido parar mi cabeza para escribir "algo", publicarlo y ya si eso mañana será otro día. Un día de esos en los que el pie derecho va por delante, los pájaros cantan tu canción favorita, tu bailas aún en pijama y sonríes al verte con los ojos entreabiertos mientras te lavas los dientes. Entonces encenderé el ordenador, leeré lo que sale hoy de mis deditos inquietos aporreando el teclado, y pensaré que ha vuelto. 'Hola, inspiración. Te echaba de menos.'
Inspiración, o que lo miro con otros ojos, da igual, yo lo saludo.
Y además hoy es el día 1. G lo sabe. Él es quien custodia bajo llave los días pasados desde digamos... mediados de Septiembre. No los días, sino lo que ha cambiado. Chan, chan. Ahí lo dejo, hasta el siguiente capítulo.

domingo, 2 de mayo de 2010

Amo Madrid.
Y punto.

sábado, 1 de mayo de 2010

Ya tengo la sonrisa puesta.

Hoy he ido al cine a ver Iron Man 2. Es el tipo de película que me gusta ver, de esas de acción-americanada-fácildedigerir. Son mi yoga particular, porque me permiten evadirme del mundo real y simplemente disfrutar de la ficción que se me ofrece. Siempre está bien esa dosis de fábula, ¿no? Pero no era eso lo que quería contar. Lo que me ha llamado la atención ha sido que justo a mi lado se ha quedado un sitio vacío, entre mi asiento y el pasillo, quedaba un hueco que ha ocupado un niño de unos 9-10 años como mucho. Me ha encantado. No sé las razones del porqué ese niño habrá acudido sólo al cine, pero me ha parecido muy valiente y enternecedor, me han dado ganas de hablarle y de saber más de él. Porque son esos los momentos que hacen a las personas. Que forman su manera de vivir y de ser. Gestos de su día a día que provocan unas ganas irremediables de saber más (sobre ellos y su mismidad). Y es una pena que sólo, como los buenos libros, haya unas pocas personas que consigan picar esa curiosidad en los demás.