lunes, 10 de mayo de 2010

Lo que se me olvidó decirte.

Me he dado cuenta dos segundos después de borrar 'ese' número de teléfono, de que lo que más le dolerá a La Pollicienta es haber perdido al que creía su príncipe (en la lista de notas de mi móvil aparecía). Y sobre todo que el final que se merecían era un final con olor a lilas y muchos abrazos y besos, no moratones y arañazos.
Además de una lista interminable de cosas por decir, me he dado cuenta al girar la esquina (que la más importante no había sido capaz de salir por mi boca) de que cuando te las guardas para tí mismo no lo dejas marchar y yo no quiero eso. Así que ahí va: te echaré muchísimo de menos y aunque no haya sido capaz de decirlo, yo también tendré un buen recuerdo de todo esto, y es por eso por lo que me duele. Pero como dicen por ahí, hay un número de lágrimas para cada desilusión y creo que las mías se acabarán algún día. Lo sé.
Espero que lo leas.
Sé feliz. Que seguro que nos encontramos en algún otro tiempo y en otra ciudad.
Y lo gracioso es que aquellos que oyeron de mi boca: 'sí, con él me casaré'. En realidad decía: 'va a ser mi marido'... ellos que lo oyeron van a tener que disculparme. Y disculparme a mí misma por no haberlo dicho cuando se me preguntó ni haber contestado a no sé... todo lo demás. Y por actualizar esta entrada cada dos minutos. Y lo último y con lo que me sentiré, creo, que con todo dicho, es que escriba lo que escriba, diga lo que diga, siempre me quedarán cosas por decir, cosas por escribir y cosas por hacer y compartir with you.
No puedo parar, así que lo mejor será dejar esto por un tiempo. Hasta pronto.
Y como dice golightly, de buenris, que yo ahora me meto en un círculo.

1 comentario: