domingo, 28 de marzo de 2010

Si te da vértigo... salta.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Un tsunami. Creo que no haría falta decir nada más, pero lo haré porque me gusta, porque las medias tintas nunca me valieron y no quiero empezar ahora, que al parecer no me fue nada mal.
Un tsunami, llega, arrasa y punto. Él llega sin avisar, cuando quiere, donde quiere y lo que pase o los que pasen se la sudan, hablando en plata. Pues ahora me siento así. Que si me llevo a todos por delante, lo siento, pero me la suda. Y es que a las 0:08 de la noche de un miércoles, teniendo que entregar un trabajo al día siguiente, uno no puede pretender hacerlo perfecto, ni siquiera por el grupo, que si por el bien del grupo fuera, ahora mismo este barco se hundía.
P.D: Si por mi fuera, apagaba el móvil, me iba a dormir y a tomar por culo el trabajo.

sábado, 20 de marzo de 2010

Creo que fueron los 10 segundos más largos de mi vida. Tiempo que agradeces por alargarse por tí. Pero cuánto miedo pasé. Era todo más grande de lo que siquiera en mi mente he podido llegar a imaginar nunca, más de lo que esperas.
Cuando alguien consigue ver tu alma a través de tus ojos. No sé si fue que lo consiguió o que yo lo permití. Increíble. Creo que es algo así como caer al vacío en un sueño. Deberíamos disfrutar la caída libre, ya que antes de que pase nada, despertarás.

martes, 16 de marzo de 2010

Se habla mucho de desconectar. No desconectarse del mundo sino de tí mismo, desconexión mental, que así la llamo yo. Un estado en el que dejas que la mente fluya y se expanda cómo, donde y cuando quiera. Que crezca sola. Sin tu compañía. Pero se presenta un problema, y es que cuando os volváis a encontrar, puede que no estéis en el mismo punto. Pues no es un problema, sino una dulce tragedia, el poder aprender y crecer desde dos puntos distintos hacia dos metas completamente diferentes. Y es aquí donde vuelve la desconexión, porque a pesar de ser fantástico lo de las dos fuentes de aprendizaje... termina por explotar, termina por escaparse de lo que podemos aguantar.
Y de nuevo, la desconexión.
Por eso no sé dónde me encuentro, pero tampoco quiero un mapa para encontrarme, que me gusta estar perdida (en cierto modo), eso de no ubicarnos a veces es mejor de lo que podemos llegar a pensar. Y por eso llevo tiempo comportándome de un modo extraño, buscando-me.
Quiero que la próxima vez que tenga algo que decir, sea algo de verdad. Definitivo para mí en ese mismo instante, que dure hasta el próximo viaje al espacio. Esos que hacen mi cuerpo y mi mente por separado,
Buen viaje.

domingo, 14 de marzo de 2010

Ayer me sinceré conmigo misma. Después de aguantar demasiadas tonterías, expuse que no existía persona aún sobre la faz de la Tierra a la que le permitiera que se me rebajara por mi forma de vivir, de actuar o de pensar. No existía aún el hombre (niño) que se pudiera permitir el lujo de faltarme al respeto y desde luego que fuera capaz de decírmelo y salir de rositas.
No pensaba explicar nada de esto pero claramentefluorescente me ha inspirado.
Que yo hago lo que quiero, cuando quiera y como quiera y a quien no le guste, que no mire, porque desde luego no estoy aquí para agradar al prójimo, sino a mí misma.
Que se le va a hacer si la palabra pertenecer no tiene ningún valor para mí.

sábado, 13 de marzo de 2010

miércoles, 10 de marzo de 2010

No. No. No.

Esperar. Esperar no me parece bien. Ni a los demás ni al mismísimo destino. No, señor. Que él no te va a estar esperando a tí. Que tampoco las cosas van a decelerar porque no estés listo, así que TÓMALO, haz lo que quieras y cuando quieras. Iniciativa y fuera etiquetas, que si eres tú el que decide eres tú el que tiene el control. De tu vida. Que eso, ya es mucho.

lunes, 8 de marzo de 2010

Popurrí predesconexión.

Lo pienso y ese es el problema que estoy pensando, haciendo funcionar mi mente sin parar, no descansa la pobre. Oh! lástima...
Por eso y tras los recientes hechos de máxima iniciativa y demás gilipolleces que se enmascaran en: si lo quiero lo hago (no, una mierda, no debería ser así). Pues después de una serie de catastróficas desdichas por llamarles de una forma curiosa, no porque haya pasado nada terrible ni traumático, en realidad todo va bien. Viviendo, en el sentido más místico de la palabra. Después de todo eso acabo de poner en marcha la desconexión de mi mente. Por un tiempo voy a hacerla funcionar a bajo rendimiento. Desconectar la mente es maravilloso, y lo necesita de vez en cuando como un móvil agota la batería de litio y pide a gritos otra. Que sino el móvil no aguanta ni un día encendido. Pues eso.

martes, 2 de marzo de 2010

Ayer y hoy.

Cuando sólo el nórdico de tu cama te calma. Porque esta vez no quiero encontrarle moraleja al cuento, ni una solución a esta mierda. Lo escribo y ya queda dicho.
Y es que por una vez me apetece ser débil, frágil como el cristal de Murano. No quiero pensar ni evolucionar. Por un tiempo el cual dejo abierto... me convierto en agujero negro. Hacia dentro y BooM!

Camarero! Una taza de desaparición con largo de café... pero en vez de galleta, un pañuelo.