Un tsunami. Creo que no haría falta decir nada más, pero lo haré porque me gusta, porque las medias tintas nunca me valieron y no quiero empezar ahora, que al parecer no me fue nada mal.
Un tsunami, llega, arrasa y punto. Él llega sin avisar, cuando quiere, donde quiere y lo que pase o los que pasen se la sudan, hablando en plata. Pues ahora me siento así. Que si me llevo a todos por delante, lo siento, pero me la suda. Y es que a las 0:08 de la noche de un miércoles, teniendo que entregar un trabajo al día siguiente, uno no puede pretender hacerlo perfecto, ni siquiera por el grupo, que si por el bien del grupo fuera, ahora mismo este barco se hundía.
P.D: Si por mi fuera, apagaba el móvil, me iba a dormir y a tomar por culo el trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario